lunes, 19 de agosto de 2013

Hirondelle


Desde que era una cría empecé a sentir una predilección por los libros, un amor y una obsesión que me satisfacía. Nunca me olvidaré cuando le dije a mi abuela que ya era mayor para libros con dibujos (tendría unos ocho años) y que quería que desde ese momento me regalase siempre libros sin imágenes. Ella era mi fuente de libros, puesto que por esas fechas mis padres habían venido a España, y mi hermana y yo vivíamos con ella. Días después vino a casa con un libro de Leyendas y ¡sin fotografías! No os podéis imaginar lo feliz que fui en esos momentos.
Años más tarde, cuando era una adolescente hormonada, empecé a incubar lo que más tarde sería uno de mis más grandes y personales sueños: abrir una librería. A día de hoy lo tengo casi todo pensado: sé como tiene que ser por dentro, sé sus secciones, sus comodidades y las ofertas culturales que quiero que ofrezca. Sé que tiene que ser en Barcelona, o si no, en algún rincón mágico de Francia, de Irlanda o por qué no… de Italia. Y hasta sé el nombre: Hirondelle. Puesto que las Golondrinas son sinónimo de Libertad, porque desprenden magia con cada aleteo, porque ilusionan cuando las ves volver cada primavera, rondando tu ventana.

No sé cuando podré llevar este sueño a la realidad, ni como será el mundo, ni que será de la literatura dentro de unos pocos años, y de los maravillosos formatos papel que hoy en día empiezan a transformarse en aparatos tecnológicos, fríos e inertes de vida. Pero sé que lo quiero intentar, aunque para ello tengo que buscar durante años el rincón más apropiado para el tipo de librería que yo quiero, y aunque para ello tenga que renunciar a los países en los que sueño abrirla, para tener que irme al otro lado del mundo. Porqué por mi Hirondelle, merecerá la pena.

2 comentarios:

Estaré encantada de leer todo lo que quieras decirme, siempre y cuando sea desde el respeto :)